* Grupos civiles, sindicales y campesinos realizan congreso en sede del SME
Periódico La Jornada
Sábado 20 de noviembre de 2010, p. 11
Con un llamado a la integración de un gran frente social que detenga las políticas neoliberales que empobrecen a los mexicanos, agrupaciones campesinas, sindicales y civiles iniciaron los trabajos del segundo Congreso Social hacia la conformación de un nuevo constituyente, en el que –señalaron– se retome, con carácter de urgente, el espíritu “revolucionario” que dio origen a la Constitución de 1917 y se trabaje en un nuevo proyecto de nación.
Por los telefonistas, Álvaro Villalobos consideró urgente emprender una “gran” movilización social, semejante a las que se realizan en naciones europeas, para detener la política neoliberal y emprender los cambios que se demandan en el país.
Se trata de una lucha organizada en la que “el enemigo no descansa”, por lo que se requiere la participación de “todos los damnificados por el neoliberalismo”, debido a que ya es insostenible que actualmente dos de cada 10 mexicanos no cuenten con los recursos suficientes para comer, citó durante su participación basadas en cifras oficiales.
“Si más de 20 millones de mexicanos no tienen siquiera para comer, mucho menos tendrán para realizarse, ser escuchados y defender sus derechos”, agregó.
Carlos Galindo, secretario de Relaciones del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacio nal Autónoma de México, expresó que la sociedad no puede seguir permitiendo que se sigan cometiendo abusos y haya prácticas de corrupción e impunidad, por lo que es urgente un cambio en el rumbo económico y una reforma educativa y al Estado, porque éste “ha dejado de beneficiar a los trabajadores –como marca la Constitución– y sólo fortalece los intereses de los grandes empresarios”.
En la primera de tres jornadas del encuentro que tiene lugar en el auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), representantes del movimiento Diálogo Nacional señalaron que para avanzar en el México del siglo XXI ya no debe tener cabida la concentración de riquezas y el control político y social del país en unas cuantas manos.
Y menos, agregaron, reformas laborales lesivas para la clase trabajadora y la constitución, “con la complicidad de las autoridades”, de sindicatos blancos que actúan en detrimento de sus presuntos representados.
La Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos pidió que se reivindiquen los derechos de los indígenas y un cese total a los despojos de bienes y propiedades que padecen los pueblos originarios.
Alertó además que en amplias regiones del territorio nacional ya se vive un “capitalismo verde”, que dijo es “un floreciente negocio de grandes empresas, que lo mismo ofrecen servicios de recolección de basura y generación de electricidad, que de telefonía e Internet, a precios altos y muchas veces inaccesibles” para el grueso de la población.
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