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domingo, 26 de agosto de 2012
Inconformes con CFE entregarán seis peticiones a nueva legislatura
Periódico La Jornada
Domingo 26 de agosto de 2012, p. 34
La Asamblea Nacional de Usuarios de Energía Eléctrica (ANUEE) anunció que el próximo 1º de septiembre los afectados por los actos arbitrarios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) marcharán a la Cámara de Diputados en donde entregarán un documento con seis peticiones a la nueva legislatura.
Alfonso Mancilla Reyes, integrante de la comisión organizadora de la ANUEE, indicó en entrevista que las demandas son que el acceso a la energia eléctrica sea un derecho humano elevado a rango constitucional, que se establezca una tarifa social justa considerando las condiciones sociales y económicas de los usuarios, que desaparezca la tarifa doméstica de alto consumo, que la Cámara de Diputados sea la instancia que fije las tarifas eléctricas y no Hacienda, que es juez y parte, y borrón y cuenta nueva para todos los usuarios en resistencia.
En el contexto de una asamblea de la agrupación, la cual aglutina a casi cinco mil usuarios de este servicio, Mancilla Reyes detalló que la movilización hacia la Cámara de Diputados se realizará en el contexto de la Convención Nacional contra la Imposición y añadió que el 27 de septiembre efectuarán otra marcha a San Lázaro, la cual partirá del Monumento a la Revolución, para exigir la respuesta a sus demandas.
Reunidos en el auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), los integrantes de este movimiento también discutieron la necesidad de presentar las debidas quejas ante la Profeco por los altos cobros de la CFE; sobre esto último, Mancilla Reyes aseguró que las alzas en la energía electrica tras la extinción de Luz y Fuerza del Centro han superado 200 y hasta 300 por ciento, a lo que se suman los recibos locos, algunos de los cuales llegaron a 40 mil pesos e incluso ha habido casos de cobros hasta de 800 mil pesos.
Remarcó que la CFE no tiene ninguna facultad para cobrar la luz en toda la zona centro del país, porque nadie aquí hizo contrato con ella.
La Jornada