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lunes, 27 de agosto de 2012

#YoSoy132 eleva el tono de las protestas ante la inminente imposición de Peña Nieto

* Un gobierno sin pueblo ni credibilidad será una nueva tragedia, afirman en el Zócalo


Periódico La Jornada
Lunes 27 de agosto de 2012, p. 14
Apoyados por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y la Alianza de Tranviarios de México (ATM), integrantes de asambleas locales del movimiento #YoSoy132 marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino para rechazar la inminente imposición de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República. En la Plaza de la Constitución, los jóvenes advirtieron: un gobierno sin pueblo y sin credibilidad será una nueva tragedia nacional.

En vísperas de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) dé a conocer el fallo sobre la elección presidencial, los estudiantes llamaron a los ciudadanos a salir a las calles para no permitir que unos cuantos determinen a quién podemos elegir y a quiénes no.

La movilización fue convocada por las asambleas de Ecatepec y de la Universidad La Salle que forman parte de #YoSoy132. El SME encabezó la movilización, en la que jóvenes y trabajadores unieron su voz al grito de:¡México sin PRI! y ¡Peña no ganó, el IFE no ayudó!

Después, durante un mitin en la plancha del Zócalo, el escritor Paco Ignacio Taibo II advirtió que éste sólo es el principio: si los tuvimos azorrillados durante cuatro meses, ¡ahora vamos a ser su pinche pesadilla!

Y destacó la importancia de tres aspectos que se deben poner sobre la mesa. En primer lugar habló de la unidad, después de la organización y, por último, los exhortó a abandonar el pensamiento que nos fractura. Tomemos la calle porque es nuestra.

En el templete también se encontraba el productor de televisión Epigmenio Ibarra, quien preguntó a los asistentes: ¿Vamos a permitir que Enrique Peña Nieto, que compró la Presidencia con dinero de procedencia ilícita, se ponga la banda presidencial? A lo que todos respondieron con un ¡no!

Recordó que en este sexenio se han registrado 95 mil muertes y cuestionó cuántos muertos habrá si Peña Nieto llega como titular del Ejecutivo.

Por parte del movimiento tomaron el micrófono varios estudiantes. Uno de ellos, de la asamblea de la Universidad La Salle, expresó que la imposición significa violencia y coerción, por lo que es necesario tomar las armas pacíficas y hacer la resistencia civil en todas sus manifestaciones.

Otro estudiante, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que México vive una democracia simulada y un gobierno sin pueblo y sin credibilidad va a ser una nueva tragedia nacional.

Virgilio Caballero, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena)-Cultura, destacó que el país no puede tener una democracia con medios como los que tiene, y llamó a que se revoque el permiso a Televisa para que quede fuera del espacio radioeléctrico, lo que fue aplaudido por los manifestantes.

El vocero de la asamblea de Ecatepec, Iván Cervantes, dijo que la marcha tuvo la finalidad de informar a la gente de la alerta en la que se encuentra el movimiento ante el fallo del TEPJF, así como entrar en contacto físico con la ciudadanía, porque muchas veces requiere información de la primera fuente, y la organización, al estar sobre todo en las redes sociales, tiene esta limitante.

En Jalapa, integrantes del movimiento juvenil #YoSoy132, asociaciones civiles y organizaciones sindicales que integran la Coordinadora Provisional del Frente Nacional contra la Imposición se declararon en alerta roja, ya que el TEPJF está a unos dos o tres días de emitir el dictamen que podría validar la elección presidencial.

Durante el segundo día de trabajos en la Universidad Veracruzana, los más de 200 delegados de 22 estados –miembros de asambleas locales de #YoSoy132, del Sindicato Mexicano de Electricistas y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y organizaciones civiles– acordaron poner en marcha una jornada nacional de lucha de 100 días, que se iniciaría en septiembre y concluiría en diciembre.

Con información de Eirinet Gómez, corresponsal

La Jornada