.

domingo, 7 de febrero de 2010

Juventino castro

Coincido con este hombre en casi
todo, porque esta en nosotros seguir soportando o poner un
alto, somos mayoria como pueblo, ojala entendamos que todo
lo que esta pasando nos afecta a todo el pais y que tarde o
temprano de seguir asi nos va a cargar el payaso.

La mayor falla está en los
ciudadanos, que no protestan ante los abusos y la mala
conducción del país

Debe el pueblo
indignarse y quitar el poder a los corruptos, advierte
Juventino Castro

Los caminos tienen que ser
pacíficos; la inmoralidad y el narco son
promovidos por la dejadez, señala


Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Domingo 7 de febrero de 2010


La fallida conducción política del país,
el aliento de la corrupción en todos los ámbitos y la
violencia descontrolada nos están conduciendo de nuevo
al virreinato; ojalá los mexicanos lo entendieran, porque
si fuera así, el pueblo se indignaría, participaría y no
dejaría el poder en manos de políticos inmorales y
corruptos. Eso se llama rebajamiento, y en esta hora quien
debe mostrar firmeza es el pueblo, advierte Juventino
Castro y Castro, ministro en retiro de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.

Integrante de la fracción del PRD en la Cámara de
Diputados, solloza cuando reconoce la dejadez en que ha
incurrido la sociedad frente a la ambición de los
gobernantes. “El pueblo mexicano debería dar muestras
ahora –como cuando se gestaron la Independencia y la
Revolución– de indignación para rehacerse con lo mejor
del pasado y del presente”.

–Persiste la idea del cambio encabezado por un líder
carismático –se le inquirió.



–¿Por un líder? ¡No!, por el pueblo mismo, que se debe
sentir soberano, y cuando atropellan su soberanía dice:
¡aquí estoy! Como no lo hace así, hay autoridades que
pueden hacer lo que quieran y el pueblo no se indigna, y eso
es lo que falla, definitivamente.



–¿Indignación como motor de cambio?

–Así es. Cuando un pueblo dice ¡no, y hasta aquí! Los
caminos deben ser los pacíficos, no se debe recurrir a la
violencia, pero claramente el movimiento es del pueblo. La
inmoralidad, la corrupción y fenómenos como el
narcotráfico promovidos desde las autoridades son alentados
por la dejadez de los mexicanos.



–¿Se ha debilitado el ejercicio del poder?

–Este país dejó que se impusiera un presidente, a pesar
de que se advirtió que era inepto, pero no se hizo caso y
continuaron con él, y además tiene detrás a su partido,
que por cierto es de mucho prestigio. ¿No ve usted lo que
acaba de decir acerca de los matrimonios entre
homosexuales?: que la Constitución señala que el
matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. No ha
leído la Constitución.



–¿Y la conducción del país?

–No hay, porque no hay plan. Ahora el Presidente pide que
los mexicanos nos unamos. La tarea de gobernar se la
encomendamos a él, y ha fallado. Se requiere, como nunca,
sentido común.




–¿La corrupción y las componendas se impusieron como
forma de vida?

–Estábamos bien encaminados; gozábamos de un prestigio
muy alto en el continente. ¿Qué sucedió? Evidentemente,
malos actos de administración. Nos ganó la corrupción.
Esto pudo haberse muerto en su tiempo, pero se dejó y aun
con el cambio de partido en el poder no mejoró en lo más
mínimo. ¿A quién atribuirle la corrupción? A los
gobernantes, a los partidos que no han querido entender que
lo importante es ver por el bien del país, del pueblo, y ya
dejarse de llegar al poder para rascar, materialmente, todo
lo que puedan a su favor.



–¿Los políticos y la política distantes de los
ciudadanos?

–Nos hemos dejado una República democrática. ¿Y qué
ha hecho el pueblo?: ceder el poder por medio de los
candidatos de los partidos, no del ciudadano. Han fallado
las autoridades, los candidatos y los partidos, pero creo
que la mayor falla es del pueblo.

Los partidos políticos propiamente son instituciones
que acreditan cierta ideología, pero si la ley dice que
sólo a través de los partidos puedes tener representantes,
y éstos son representantes de los partidos, no del pueblo,
pues entonces se desprenden la ambición, la inmoralidad y
el poder de la corrupción. Y es ahí cuando los ciudadanos
deben erguirse y decir ¡basta!



–Usted se refiere a la falta de cultura del pueblo.
¿Qué piensa del poder de los medios de comunicación en
colusión con el poder político?

–Rechazo que el pueblo mexicano no sepa distinguir qué
necesita y quiere; lo urgente es que actúe y no deje el
poder en manos ajenas. Francamente, es ahora o nunca,
porque, como vamos, México seguirá deteriorándose. Debe
ser impulso natural. Se necesita un plan, un proyecto, y se
requiere empezar por la educación. Hay un deterioro que me
cae mal; si fuera la economía saldremos, pero el deterioro
se presenta cuando ya no hay fuerzas para luchar.