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lunes, 3 de mayo de 2010

Inicia huelga de hambre en defensa del trabajo en México

Por Manuel Pérez-Rocha

Los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) han comenzado la Huelga de Hambre Por la justicia Social, la Paz y El Empleo Digno. Como bien dicen “a seis meses del ilegal decreto no nos vamos a callar”. En efecto, el conflicto que Felipe Calderón, quien se autodenominó el “presidente del empleo”, originó al decretar de manera autoritaria y anticonstitucional la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro sigue. Calderón hizo que se despidiera a la fuerza a 43,720 trabajadores y puesto en indefensión a 22, 256 jubilados de uno de los sindicatos más antiguos y democráticos de México. Esta “atropellada carrera privatizadora”, como la llama el SME, fue aplaudida por el Fondo Monetario Internacional, pero no por el pueblo mexicano.

Lejos de ser un acto desesperado, los electricistas celebrarán el 1 de mayo con esta huelga que se suma a las acciones y algunos resultados favorables para los trabajadores. Primero --como explica José Antonio Almazán en La Jornada-- del grueso de trabajadores despedidos, 18,010 trabajadores han rechazado su liquidación. A estos se han sumado otros 12,000 trabajadores que no fueron recontratados como se les había prometido. Así unos 30,000 trabajadores del SME se mantienen en lucha. Segundo, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ha dado marcha atrás en su decisión de desconocer a la directiva del SME con lo cual el gobierno no ha tenido éxito en descabezar al sindicato. Tercero, el 24 de marzo pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación “determinó reasumir su competencia originaria para conocer y resolver el amparo interpuesto por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y agremiados”, y cuarto el rompimiento de alianzas entre los partidos de derecha --PRI y PAN-- abre la posibilidad de nuevos escenarios a nivel del Congreso.

En el plano internacional el SME recibe el apoyo de centrales sindicales, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales con quienes se han acompañado para interponer una petición de medidas cautelares en la CIDH, quejas por violaciones a los derechos laborales en la OIT y hasta por la violación a los preceptos del acuerdo laboral suplementario del TLCAN en el Departamento del Trabajo de los EEUU. Estos procesos están en marcha y marcan al gobierno de México como culpable del frágil estado de derecho que existe en el país.


El caso del SME no es un caso aislado. El gobierno de México se encuentra también enfrentado por sus acciones en contra del gremio minero y en específico de los mineros de Cananea, cuyo sindicato es --junto con el del SME-- el otro más viejo del país. Los mineros que han sido despedidos por sus demandas en torno a aspectos en la seguridad y la salud en el trabajo se niegan a dejar la mina y han amenazado con destruirla si es que son evacuados.

Recién el Centro de Acción y Reflexión Laboral (CEREAL) presentó su Informe de violaciones a los Derechos Humanos Laborales en México durante 2009, titulado “Violencia Laboral de Estado”. Además de los muchos casos de violencia en contra de los trabajadores, explica como en México aumentó el desempleo de forma dramática en 2009, cómo han cerrado miles de empresas, como los salarios reales y el poder adquisitivo siguen en picada, y como el 65% de trabajadores en México carecen de acceso a la seguridad social. En contraste, otros análisis explican la absoluta injusticia económica imperante en el país. Según el mismo Banco Mundial la riqueza en México se ha concentrado más. En el 2008 la décima parte más rica en México recibe el 41.3% del ingreso total a diferencia del 2004 cuando recibía el 35.4%. En cambio, el 10% de los más pobres recibió en 2008 un ínfimo 1.2% a diferencia del 1.5% en 2004. En el 2009, para continuar con el amasamiento de fortunas, mientras decenas de miles de pequeñas y medianas empresas quebraron un puñado de corporaciones y de bancos extranjeros obtuvieron fortunas por miles de millones de dólares. No es casual que el hombre más rico del mundo sea mexicano.

De esta manera, la lucha del SME, ahora convertida en huelga de hambre, es una lucha en contra de la histórica injusticia que se agrava en el país cada día y en particular durante el presente gobierno. Quienes estamos por un México en el que se restablezca el orden constitucional, el respeto a los derechos humanos y en el que cambiemos el curso de Estado fallido para el pueblo mexicano, estamos con el SME.

Manuel Perez Rocha es Investigador Asociado del Institute for Policy Studies de Washington y miembro del Consejo Ejecutivo de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio.

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