El Financiero en línea
En semanas recientes han ocurrido varios accidentes en registros y subestaciones del suministro de luz. El más inmediato fue el jueves por la tarde en la subestación Coyoacán, ubicada en una de las zonas más céntricas de la ciudad de México, lo que implica un riesgo para la población.
Lamentablemente a causa de ese accidente ocurrido en dos etapas – una alrededor de las 4 de la tarde y la segunda horas después- fallecieron dos trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad; otras dos resultaron heridas y muchas más fueron desalojadas de los edificios aledaños.
El percance ocurrió por un cortocircuito que se produjo cuando personal de la CFE hacían reparaciones en la subestación.
Nadie puede argumentar que se trató de un sabotaje presumiblemente hecho por ex trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro, como las autoridades han explicado acerca de explosiones y flamazos en los registros subterráneos del centro de la ciudad, donde, se dice, intervinieron manos criminales.
Más allá de la desgracia humana, quedan claras dos cosas: que la experiencia de los obreros de la extinta CLyFC difícilmente puede ser sustituída de la noche a la mañana por la CFE, por la sencilla razón de que aquellos conocían las "entrañas" de ductos y demás instalaciones eléctricas.
La otra, que por cuestiones políticas la CFE se hizo cargo del mantenimiento y operación de la red eléctrica en el Distrito Federal y estados donde el trabajo era desempeñado por gente del SME, sin conocerla.
Los obreros de la CLyFC hacían el trabajo "sucio", o mejor dicho rudo, y por conocer ampliamente la red sabían el origen de los problemas y cómo repararlos de inmediato.
Hoy, esos miles de trabajadores han sido desplazados por obreros que, si bien conocen el oficio de la electricidad, escasamente saben cómo subirse a los postes de luz para reparar las líneas, arreglar los transformadores y meterse a los ductos subterráneos para darles mantenimiento.
Independientemente de estos hechos que por la pérdida de vidas humanas resultan tragedias, los "apagones" cada vez más frecuentes en el Distrito Federal ocasionan daños domésticos y pérdidas millonarias a la industria.
Asimismo, ya se convirtió en un reclamo generalizado el hecho de que la CFE está cobrando tarifas inusuales por el servicio, y el mal trato que la empresa da a los usuarios que quieren aclarar los cobros indebidos.
El público está molesto y desconcertado, pues si no paga lo que la CFE impone arbitrariamente le cortan la luz, con el clásico "primero pague y luego averiguamos".
La CFE ha puesto a la disposición del público, una página de internet donde supuestamente se pueden hacer las aclaraciones pertinentes; sin embargo, es casi imposible acceder a ella. Por otro lado, el número telefónico 071 que también ha abierto para los usuarios, jamás responde.
Uno se pregunta qué pasa y por qué.
Tanto los accidentes como los apagones son cada vez más frecuentes. Conforme aumentan, los usuarios creen menos en el argumento de que son sabotajes del SME que incluso acaba de hacer un pronunciamiento en el sentido de que "la falta de presupuesto suficiente, la ausencia de mantenimiento preventivo, la impericia técnica de los contratistas de CFE y la inobservancia de los reglamentos de operación", han generado esa situación, ya preocupante.
Si bien fueron muchos los "pecados" que cometió el SME –porque desde el gobierno se los permitieron- ahora que esos trabajadores han sido desplazados se confirma el dicho aquel de el que sabe, sabe.
Sin necesidad de echar a la calle a hombres y mujeres que laboran en CFE, el gobierno podría aprovechar la experiencia de los extrabajadores de Luz y Fuerza del Centro para evitar un colapso en la infraestructura eléctrica del centro del país.
Al fin y al cabo serían fuentes de trabajo necesarias y sobre todo, reales.
Porque después de ver los accidentes y sufrir el mal servicio, la pregunta obvia que a muchos se nos ocurre es ¿era necesario echar a la calle a tanto personal especializado que ante todo son jefes de familia que requieren empleo?
*Por Rosaura Cruz de Gante
*Periodista egresada de la UNAM.
Becaria de la OEA en el diplomado "Ética Periodística en las Américas
Coordinadora de Estrategias en Comunicación
Ex presidenta del Club Primera Plana
rosauracg@gmail.com