Durante más de una década, funcionarios del gobierno federal habrían encubierto fraudes y quebrantos en la Comisión Federal de Electricidad, en los que estaría involucrado Néstor Moreno Díaz, actualmente investigado en Estados Unidos por hechos de corrupción. Los directivos son conocidos como los buenos muchachos, aseguran contratistas
Cientos de fojas integradas por el extitular del Órgano Interno de Control (OIC) en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Olvera Mazariegos, y el auditor Marco Antonio Díaz Tobías acreditarían quebrantos, daños patrimoniales, adquisiciones inexistentes y sobreprecios en diversos proyectos de la paraestatal.
Los expedientes abiertos desde 1998, por la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (ahora Función Pública), implican, entre otros, al exservidor público Néstor Moreno Díaz, actualmente investigado en Estados Unidos por hechos de corrupción relacionados con contratos a favor del consorcio suizo ABB.
Los expedientes de investigación versan sobre trabajos contratados para las centrales termoeléctricas de Samalayuca II, Monterrey II, Petacalco y Topolobampo; las centrales diésel Guerrero Negro II y San Carlos; las centrales geotérmicas Tres Vírgenes y Cerro Prieto; las centrales de ciclo combinado Monterrey III, Hermosillo, Río Bravo y Samalayuca; las unidades turbogeneradores El Sauz, Huinalá y Hermosillo.
También, a decir de Olvera Mazariegos y de Díaz Tobías, dos contratos relacionados con el Proyecto Integral de Control de Estaciones: 97-1-00405-DDS y 97-1-00616-DDS, asignados “indebidamente” a Sensa Control Digital, SA de CV, “operada mediante prestanombres”, señalan los excontralores.
Además, la compra de watthorimetros obsoletos a IUSA vía adjudicación directa; y la renta de helicópteros a Heliservicios Campeche, SA, propiedad de Alfredo Miguel Afif, sin que se justificara el gasto ?720 millones de pesos?, toda vez que la CFE contaba con una flota de 12 helicópteros.
La adjudicación del contrato de ampliación de la hidroeléctrica Manuel Moreno Torres, Chicoasen, al consorcio Alstom-Power-Chicoasen aún cuando éste no cumplía con los requerimientos de las bases concursales.
Así como la adjudicación directa al consorcio Siemens-Westinghouse para la adquisición, instalación y puesta en servicio de dos unidades turbogeneradoras, por 1 mil 348 millones 850 mil pesos, que resultaron inservibles.
La lista
De acuerdo con los excontralores Olvera Mazariegos y Díaz Tobías, mediante los acuerdos de inicio DR/044/00 y DR/045/00, la Secodam identificaba a varios directivos de CFE como responsables de irregularidades de carácter penal: Arturo Hernández Álvarez, Néstor Moreno Díaz, Jaime Palomares Torres, Octavio Larios González, Guillermo Enrique Mosqueda Frías, Óscar de los Santos Saavedra, Ramiro Padilla Ramírez, Rafael Becerra Salazar, David Castañeda Sánchez, Luis Alonso Abril Gaspar, Enrique Guzmán Sánchez, José de Jesús Moreno Ruiz, Alejandro Ortegón Esquivel, Francisco Beltrán Romero, Hugo Ubieta Rodríguez, Arturo Nova Cobarruvias, Enrique Durán Méndez.
Además, Jesús Espino Cazares, Juan Bautista Flores, Miguel Ángel Vidal, Marco Antonio Ruiz Álvarez, David Sánchez Torres, Humberto Rodríguez Álvarez, Raúl Bencomo Cervera, Luis Francisco Serrano, Julio Vancini Stefanoni, Carlos Rovira Barker, Noé Peña Silva, Raymundo Campos Milán, Oswaldo Gangoiti Ruiz, Eric Roberto Butcher Martínez, José de Jesús Castellanos y Alberto Ramos Elourdy.
Contratistas consultados, entre ellos Leonel López Sánchez, identifican a ese mismo grupo directivo, que aún opera la adjudicación de contratos en CFE, como the good guys (los buenos muchachos), por sus supuestas exigencias de sobornos.
Dicen que Arturo Hernández destaca entre los funcionarios protegidos. Éste es identificado por los contratistas como cabeza de los good guys. Además, como la mano derecha del legendario líder del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, Leonardo Rodríguez Alcaine. El 30 de abril de 2007, salió de CFE para jubilarse y cedió su cargo a su protegido Néstor Moreno Díaz.
Al interior de la CFE, entre funcionarios y contratistas, Moreno se ufanaba de su influencia sobre el director general de la paraestatal. Nadie dudaba de ello, sobre todo después de que Alfredo Elías Ayub lo reinstaló al pasar por alto la inhabilitación que en su contra resolviera la Secodam en 2000, para que Moreno desempeñara cargo alguno por los siguientes 10 años; además de sus vertiginosos ascensos.
La Dirección de Operaciones, que Moreno ocupó hasta hace unas semanas, está integrada por tres subdirecciones: de Generación, donde se ubican todas las unidades generadoras de energía (hidroeléctricas, termoeléctricas o de ciclo combinado, es decir de cogeneración con particulares); de Transmisión y Transformación, que opera las subestaciones que regulan la potencia de la energía de alta tensión y la retransmite a toda la Red Eléctrica Nacional, y la Subdirección de Distribución, que, por medio de subestaciones, entrega la energía eléctrica a los consumidores.
No existe contrato alguno relacionado con la CFE que no sea evaluado, aprobado, adquirido y supervisado durante su ejecución por la Dirección de Operaciones, independientemente del monto. Desde 2000, todos los contratos recibieron el visto bueno de Arturo Hernández y Néstor Moreno, implicados en sobornos del consorcio suizo ABB, según las indagatorias de los tribunales estadunidenses.
En entrevista, los jefes de diversas centrales de CFE detallan las deficiencias que el director de Operaciones, Néstor Moreno, heredó a la paraestatal: centrales generadoras con turbinas instaladas sin operar; torres y líneas de transmisión instaladas a medias; subestaciones sin terminar o sin interconectar. Sistemas de protección y control del flujo y suministro de energía sin funcionar; sistemas y equipos de protección y control de subestaciones de transmisión y distribución inservibles que han causado graves daños físicos a la Red Eléctrica Nacional.
Citan también que sus bodegas están atiborradas de insumos inservibles comprados a decenas de contratistas, entre ellos los obsoletos equipos de cómputo que la compañía de Moreno, Sensa, facturó a la CFE como si fuese tecnología de punta.
Con la salida de Néstor Moreno, aún son varios los altos directivos de CFE implicados en los expedientes acumulados en la SFP: Eugenio Laris Alanís, quien dirige los Pidiregas (proyectos de infraestructura productiva de largo plazo); Alberto Ramos Elourdy, director de Desarrollo de Proyectos; Noé Peña, quien, desde la subdirección de Transmisión y Transformación, asumió las funciones que dejó vacante Néstor Moreno.
La CFE registra incontables asignaciones indebidas de contratos, injustificados incrementos en plazo o montos contractuales, o bien, pagos con sobreprecio a compañías que a su vez le pagan a los good guys su comisión por cada contrato: dinero en efectivo y viajes al extranjero para ellos, cruceros para las esposas, Disneylandia para los hijos, o de lo contrario, la rescisión de contratos para quienes se niegan a ello.
“En CFE hay contratos que se negocian en París con champaña, mucho antes de que se diseñen las bases de licitación”, explica un contratista beneficiario.
Avisos a Elías Ayub
Ninguno de los asuntos enlistados por los excontralores fue ajeno a Alfredo Elías Ayub, director general de la CFE desde 1999, ya que entre los pendientes en su agenda destacaban como focos rojos contratos multianuales para las terminales de recibo y manejo de carbón que, según estimaciones del OIC, representaban un quebranto acumulado por más de 3 mil millones de dólares.
El caso más delicado era el contrato con el consorcio italiano Techint, asociado con Grupo Mexicano de Desarrollo, para construir la terminal de Petacalco y suministrarle carbón durante dos décadas. La contraloría detectó que los precios eran estratosféricos. Los entonces contralores buscaban rescindir el contrato, pero Elías Ayub lo impidió, aseguran en entrevista.
Manuel Olvera afirma que, en numerosas ocasiones, informó a Elías Ayub que este contrato implicaba un grave quebranto a las finanzas de la CFE. En un oficio confidencial, por ejemplo, le informó que, con un “memorándum de entendimiento” fuera de toda normatividad, los directivos de la CFE habían acordado pagarle a Techint 68 millones 347 mil 610 dólares adicionales al contrato 968001 para la “prestación de servicios de montaje, instalación y prueba de Sistema Interno de Manejo de Carbón” en Petacalco.
Las consideraciones del OIC eran que implicaba responsabilidades penales para los funcionarios que suscribieron tal memorándum –Eric Roberto Butcher Martínez, Antonio Cervera Sandoval y Emilio César Reyes Lagunes– y la cancelación del contrato a Techint.
Ante la Secodam, Olvera dictaminó proceder con la denuncia penal. Argumentó que “la administración de Alfredo Elías Ayub le pagó no únicamente lo indicado en este punto, sino que además efectuó un pago en exceso que también debe cuantificarse para denunciar a las personas responsables de los hechos descritos”.
De acuerdo con el excontralor Manuel Olvera, los casos también fueron notificados a Vicente Fox y a Felipe Calderón mediante oficios firmados por él mismo y dirigidos al secretario de la Contraloría, en donde alertaba: “Este Órgano Interno de Control bajo mi responsabilidad se encuentra en condiciones de afirmar que de no sancionar penalmente a funcionarios y contratistas, la entidad enfrentará una severa crisis económica, así como de un mayor desprestigio internacional debido a la corrupción imperante en la CFE, de esta forma la consecución de financiamientos será más difícil, cara y probablemente inexistente en un futuro próximo”.