Un mexicano tiene derecho y obligación de expresar su opinión cuando ve que su gobierno no tiene rumbo para manejar el país. Anteayer, afectados por otro terrible asesinato, ya no sabemos si pasan de 100 mil los muertos mexicanos, aunque la propaganda oficial lo niegue para justificar una guerra en la que involucró al país sin su consentimiento. Quieren resolver un problema que no es nuestro, sino de Estados Unidos, por su demanda inmoderada de droga.
Desgraciadamente, no es el único problema que ha creado el señor Felipe Calderón. En la parte económica ha seguido la política de entregar los recursos del país. Está claro su empeño en contra de Pemex, que ha levantado tantas protestas, pero ahora pone en manos de saqueadores españoles nuestros recursos. En las costas mexicanas los llamados “inversionistas” han acabado con el medio ambiente, destruyendo los manglares y la foresta nacional, al igual que lo hicieron en España. No conforme con eso, el gobierno mexicano les entrega la distribución del gas y de la electricidad, para lo cual se destruyó Luz y Fuerza del Centro, sin la protesta que estaban obligados a expresar nuestros representantes en las cámaras. Es el camino para acabar también con otra empresa mexicana, la Comisión Federal de Electricidad, que tarde o temprano se verá afectada por la compra que ya hace el gobierno calderonista de energía eléctrica a una compañía extranjera. Ante este terrible panorama los partidos políticos en México son un cero a la izquierda. El único medio independiente era el PRD, en el que Calderón colocó al señor Jesús Ortega, quien ha hecho muy bien su papel destruyendo esa institución. Los legisladores mexicanos están obligados a actuar con energía ante esta alarmante situación nacional.
Fernando Canales Lozano
http://www.jornada.unam.mx/2010/11/24/index.php?section=correo