Martes 11 de enero de 2011
Ixel Yutzil González El Universal
La población joven es el sector más vulnerable con y sin crisis, con empleo y sin él. En el país, el número de jóvenes desalentados es amplio y la cantidad de aquellos que no estudian ni trabajan supera en América Latina a Argentina, Brasil y Chile.
En México, la tasa de desempleo de los jóvenes es superior a la general, sobre todo en épocas de crisis, y las condiciones para quienes tienen empleo son poco favorables.
Cerca de 27% de los jóvenes de 15 a 24 años laboró en el sector informal de la economía al tercer trimestre de 2010. Para los jóvenes de 15 a 19 años, esta situación es más marcada, pues alcanza a 34% de la población ocupada de ese grupo de edad, por arriba de la tasa de 28% para toda la población informal del país.
La condición de desventaja de la fuerza laboral más joven frente a un periodo de contracción de la actividad económica se extiende, pues sus posibilidades de incorporarse al mercado laboran son más limitadas respecto a otros grupos de población, por lo que son altamente desalentados.
En México, la tasa de desempleo de la población joven supera en casi el doble a la general.
Las más recientes cifras trimestrales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), muestran que la tasa de desempleo en jóvenes de 15 a 24 años fue de 11% de la Población Económicamente Activa (PEA) al tercer trimestre de 2010, ya con la reactivación económica; la tasa es más del doble que la de la población en su conjunto, de 5.6%.
Durante la recesión global, este sector joven de la población fue el más afectado, al tocar tasas de desocupación de 11.8% de la PEA, frente a la tasa general de 6.2% en el tercer trimestre de 2009.
De acuerdo con estudios de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los jóvenes que experimentan dificultades para entrar al mercado laboral pueden dividirse en grupos de jóvenes que tienen un bajo nivel educativo, pues salieron del sistema educativo a edad temprana y nunca reanudaron sus estudios.
Otro grupo de jóvenes tiene niveles educativos equivalentes a secundaria, pero sólo tienen acceso a empleos de baja calidad con una mínima remuneración debido al gran número de jóvenes con igual nivel de conocimientos.
El primer grupo de población obtiene los empleos con salarios más bajos en los sectores económicos de baja productividad y el segundo puede tener mejores posibilidades en relación al empleo, pero enfrentan mayores dificultades para incorporarse al mercado laboral.
Otro grupo de jóvenes que tiene un nivel educativo mayor, como el bachillerato, tienen mayores ventajas para obtener un empleo, pero en estos casos la tasa de desempleo suele ser elevada pues una parte importante rechaza empleos de baja calidad.
Desalentados y desesperanzados
Uno de los grupos de jóvenes más vulnerables es el de aquellos que no estudian ni trabajan, conocidos como “Ninis”, que en América Latina representan a una quinta parte (20%) de la población de 15 a 24 años de edad, y que —al no estar afiliados a ninguna institución educativa y dada la falta de oportunidades para incorporarse al mercado de trabajo— corren el riesgo de entrar en actividades ilegales o criminales.
En México, estos jóvenes en situación de vulnerabilidad, representan 21% de la población de entre 15 y 24 años, por arriba de otros países de la región como Argentina con 19.7%, Brasil (17.9%) y Chile (16.7%).
En México, un millón 805 mil jóvenes de 15 a 24 años, que representan el 17% del total de los jóvenes en este rango de edad, no buscan empleo por considerar que no tienen posibilidades o bien desistieron de hacerlo, pero formaron parte de la población disponible al tercer trimestre de 2010.
La mayor proporción de estos jóvenes desanimados y en riesgo en el país vive en los estratos de ingreso más bajo.
De acuerdo con el informe Trabajo decente y juventud en América Latina de la OIT, una tercera parte de los jóvenes que no estudian ni trabajan pertenecen al 5% de la población más pobre del país.
El mensaje reiterativo de una sociedad que bombardea a los jóvenes con aspiraciones que exacerban la importancia del dinero, se confronta en consecuencia con una realidad que presenta escasas y limitadas oportunidades, y riesgosas puertas para alcanzar tales metas.
La situación de desventaja para los más jóvenes del país es tal que casi 44% de los jóvenes de 15 a 24 años de edad laboran más de 48 horas semanales, y 54% de ellos son asalariados que no cuentan con contrato alguno de trabajo.
En tanto, los salarios pagados a los más jóvenes del país son de apenas 2 o 3 salarios mínimos, o de mil 500 a 3 mil pesos al mes.
http://www.eluniversal.com.mx/finanzas/83952.html