Antonio Gershenson
Por un lado, en días recientes se publicó en este diario una serie de expresiones de descontento, y también en otras formas, contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Al mismo tiempo, leímos aquí partes de una intervención sobre el tema de Andrés Manuel López Obrador, planteando que no sólo deben eliminarse los vicios que hay en esa institución, sino que ésta debe convertirse en una palanca para el desarrollo del país.
El jueves 28 de julio se informa que diputados locales y federales del PRD preparan medidas para frenar los altos cobros de la energía eléctrica. Que en el siguiente presupuesto se establecerá un real subsidio a cada tarifa de este ramo.
El 30 de julio se informa que descontentos provenientes de unas 40 localidades del centro y sur de Veracruz, que están en huelga de pagos, denunciaron acciones de represión. Un dirigente está preso desde 2008.
El primero de agosto se acuerda, en una reunión de organizaciones cerca de Acapulco, la lucha conjunta contra intentos de obra de la CFE en La Parota y otros sitios, contra las concesiones mineras destructivas y otras medidas que afectan a las poblaciones.
La CFE ya ha empezado en algunas regiones el cambio de medidores por otros en los que se deben pagar anticipadamente los consumos. También hay expresiones contra esta medida, que además dificultaría las reclamaciones en casos de recibos locos y similares.
El mismo día primero de agosto, López Obrador, en el programa semanal del Partido del Trabajo, señaló que se debía acabar con la corrupción en la CFE y la entrega de los servicios a empresas trasnacionales, contraria a la Constitución. En cambio, señaló, la CFE debe ser operada con eficacia y ser convertida en una palanca para el desarrollo nacional.
También se ha generado una forma adicional de dependencia: la importación masiva de gas natural, quemando parte del que producimos, para generar, con empresas privadas, electricidad carísima que compra la CFE y luego carga la factura a los usuarios con cobros cada vez más altos.
Próximamente vamos a analizar un ejemplo de que es posible generar electricidad con mucha eficiencia, no con gas importado sino con combustóleo de producción nacional.
Vamos a poner otros dos ejemplos que muestran que la generación de electricidad se puede hacer sin gas, con recursos renovables propios, de los que la mayoría están desperdiciados.
Nuestra riqueza geotérmica es enorme. La línea de fallas geológicas que separa la placa de América del Norte de la placa del Pacífico, en su profundidad tiene mucho calor, mucha energía. En especial, desde el llamado canal de Ballenas hacia el sur, las fallas pasan cerca de la península de Baja California y esto facilita su aprovechamiento. El mencionado canal tiene ese nombre porque por ahí pasan las ballenas en su movimiento migratorio, pero también porque ahí tienen y cuidan a sus críos. Y es que el mar ahí tiene 30 grados centígrados. Es como los manantiales termales de varios lugares de Morelos, Michoacán y otros estados, con pozos de agua calientita. Pero en Ballenas se calienta el mar completo: esto implica cantidades de energía enormes.
Y todavía siguen las fallas hacia el sur, Salsipuedes Norte y luego Salsipuedes Sur. Nada de esto ha sido explotado; cuando la CFE tenga una orientación, efectivamente, como palanca para el desarrollo nacional, se podrán generar cantidades enormes de electricidad, sin quemar combustibles ni, con la forma adecuada de trabajo, ninguna contaminación. Es más, con el vapor de salida de la planta generadora se podrá desalinizar agua del mar e ir convirtiendo el desierto en área verde y productiva.
El otro ejemplo es el de la energía del viento. Aunque la tenemos en muchos lugares, el sitio con mejores condiciones es La Ventosa, en el Istmo de Tehuantepec. Ahí, los funcionarios disfrutan entregando tramos a trasnacionales, claro, a cambio de su agrade$imiento. Afortunadamente, la riqueza de nuestra naturaleza eólica ahí es mucho mayor que la codicia y que la capacidad de entrega de los funcionarios. Proyectan cientos de aerogeneradores, pero cuando la CFE esté orientada como palanca del desarrollo nacional, serán miles. Y se usará mano de obra local, a diferencia de lo que hace el que ya entonces será el antiguo régimen. También se verá, en primer término, la fabricación nacional de las hélices, que usan un producto petroquímico. El uso del concreto, no sólo en los cimientos sino en los postes, dará trabajo también a dos fábricas de cemento que hay en el Istmo. En todos estos aspectos del empleo se deberá tomar muy en cuenta a la comunidad zapoteca.
Esto no es todo. Es preciso el uso optimizado de las hidroeléctricas, de las cuales las mayores están en el río Grijalva. Y esto está muy cerca de La Ventosa. La interconexión eléctrica entre los dos sistemas nos da la mayor eficiencia. En invierno es cuando mejor viento hay, y al mismo tiempo es la época de la sequía que nos da menos hidroelectricidad. Y al revés. En verano es cuando tenemos menos viento en La Ventosa y, obviamente, es la época de lluvias que nos proporciona más capacidad de energía de las hidroeléctricas.
En vez de que, como ahora, se lleve energía generada con gas por las trasnacionales en el noreste, hacia el centro y hasta Chiapas, se deberán instalar líneas de transmisión de ultra alto voltaje y corriente continua para traer cantidades enormes y limpias de electricidad al centro del país. También en estos casos no habría contaminación y sin consumir gas ni, en general, ningún recurso no renovable. Este será otro paso del uso de la CFE como palanca del desarrollo nacional.
Fuente : La Jornada