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lunes, 31 de octubre de 2011

Persisten fallas en CFE

31 octubre, 2011

Dirigente del SME niega que haya mejoría en el servicio a dos años de la extinción de LFC; continúan “apagones”, variaciones de voltaje, cobros indebidos e incremento a las tarifas

A dos años de que el presidente Felipe Calderón Hinojosa decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y transfirió su cartera de clientes a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la situación para esta empresa sigue como al principio, pues a la resistencia que mantiene el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se suman innumerables acusaciones por deficiencias en el servicio, cobros indebidos, tarifas elevadas y abusos en las cajas de cobro denominadas CFEmáticos.

Por lo pronto, el martes pasado los sindicalizados entregaron al diputado federal César Augusto Santiago Ramírez 400 mil firmas recabadas entre usuarios de lo que fuera la zona de influencia de LFC, como parte de un movimiento de protesta iniciado por la también legisladora, Paula Hernández Olmos, para crear una Comisión Nacional Reguladora de las Tarifas Eléctricas que quite al gobierno el control sobre los cobros por consumo de luz.

Para Víctor Vargas Reyes, líder del SME en la división Pachuca, esta medida sería la única solución “ante la situación lamentable de la CFE y el desprecio mostrado a la inconformidad social que exige cambiar este obsoleto esquema tarifario”.

En entrevista con Visto Bueno, el dirigente acusa al gobierno federal de ser indiferente ante la situación que millones de mexicanos viven por los altos cobros de la CFE.

“Les cobran hasta 10 mil pesos. Llegan recibos de 200 pesos, pero con letras chiquitas les dicen que el pago no los exime de la deuda anterior y ponen un historial de hasta 20 mil pesos.

“Los servimáticos están trabajando así. Te llega el recibo de 200 pesos, metes un billete de 500 y no te regresa cambio porque los 300 los abona al supuesto adeudo del que nunca te han notificado. Ese es un robo del gobierno federal”, afirma.

Vargas Reyes comenta que los recurrentes “apagones” y variaciones de voltaje tienen una explicación: la CFE ha emprendido un programa para sustituir cobre por aluminio en las líneas de distribución debido a que este material es trece veces más barato –siete contra 100 pesos el kilo-, lo cual significa, además, que la paraestatal se está “robando” la infraestructura que le costó el pueblo de México.

En resumen, cita que entre medidas privatizadoras, contratación de terceros, ineficacia y corrupción, la CFE ha dejado de ser una institución que presta un servicio público para convertirse en “maquinaria” que promueve negocios privados y alzas indiscriminadas a las tarifas.

De ahí la importancia del movimiento que busca recabar un millón de firmas para buscar una solución a la problemática, retoma.

El subsecretario del SME en la división Pachuca advierte, además, que la tendencia es quitar el subsidio a las tarifas, cuyo alto costo fue una de los motivos argüidos por el gobierno federal para desaparecer LFC en octubre de 2009.

“Esos 42 mil millones de pesos, que dijeron eran una carga para el pueblo de México, se utilizaban para pagar el subsidio de las tarifas y otra parte para comprar energía a la Comisión Federal de Electricidad, porque no toda la luz la generábamos nosotros.

“Entonces todo tiene un subsidio. A la CFE le entregan 97 mil millones de pesos y esto también le cuesta a México”, refiere el líder sindical.

“Nos dijeron que éramos trabajadores privilegiados, pero ese dinero no era para pagar los salarios de los trabajadores, ya que sólo se ocupaba seis por ciento con todo y las prestaciones que establecía el contrato colectivo, más otros nueve mil millones de pesos anuales para pago a jubilados”.

Estos indicadores hacían que LFC fuera rentable, además de que la empresa se perfilaba para incursionar en los servicios de Internet, televisión por cable y telefonía mediante un convenio con la Secretaría de Energía para explotar la fibra óptica que tenía prácticamente listo, pero tras su extinción fue aprovechado por la CFE.

Por estos servicios LFC iba a tener ganancias de 100 mil millones de pesos anuales que, sumados a los 55 mil millones de pesos que facturaba por energía eléctrica, habrían dado un total de 165 mil millones de pesos.

“Iba a ser muy rentable, por eso le echaron el ojo. Y todo ese dinero se iba a quedar en México, para invertir en escuelas, en salud y en el campo”.

Otra denuncia de Vargas Reyes es la relacionada con los medidores digitales de la CFE, los cuales trabajarán mediante una tarjeta de prepago y con ello obligarán a los usuarios a cubrir su consumo por adelantado sin modificar la ley en la materia.

Fuente : Visto Bueno