El Senado aprobó fast track la solicitud del presidente Calderón para elevar en 145.8 por ciento la cuota que el país aporta al Fondo Monetario Internacional. La contribución está cifrada en los llamados derechos especiales de giro. En términos entendibles, aumentará de 5 mil 630 millones de dólares a 13 mil 839 millones. El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, fue el encargado de hacer la gestión ante los senadores. Ni Brasil, India o China han aceptado hacer mayores contribuciones. Sin embargo, la situación del gobierno mexicano lamentablemente es distinta. Solicitó y obtuvo una línea de crédito por 73 mil millones de dólares del FMI, que no ha utilizado; dice que es una reserva para el caso de una contingencia. Es comprensible que tenga que ceder ahora que el fondo le pide reciprocidad. Sin embargo, lo que es deplorable es que el Senado actúe en este caso con una inusitada rapidez, mientras tiene en el olvido el expediente de los pensionados del IMSS. Ya la Cámara de Diputados aprobó una reforma por la cual no se debe gravar con IVA las pensiones llamadas altas, porque exceden los 10 salarios mínimos. Pasa un mes tras otro y el asunto sigue atorado. ¿O sólo tiene influencia en esa cámara la directora del FMI, Christine Lagarde?
Fuente : La Jornada