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lunes, 23 de abril de 2012

Llama a latinoamericanos a apoyar a Argentina


Ante el ataque en contra de la República Argentina, expresamos nuestra voluntad y solidaridad política a la valiente y patriótica decisión de su gobierno, al hacer uso de su soberanía, en un gesto de dignidad e independencia que nos convoca, en nombre de los mejores valores que han conformado la vida y la acción de las mayorías democráticas de nuestra América.

Parece increíble que el acto soberano sobre sus bienes nacionales de un gobierno democrático, pan de cada día en la historia americana, con sus avances y retrocesos, sea considerado hoy acto insensato, irracional y digno de la condena del mundo globalizado en sus designios.

En esa condición estarían los actos del presidente Lázaro Cárdenas, de México, que recuperó su petróleo; del presidente Salvador Allende, que nacionalizó el cobre de Chile; las nacionalizaciones del peronismo en Argentina; las del gobierno boliviano hoy; las luchas centroamericanas contra la United Fruit, y tantas y tantas otras que muestran el camino largo y duro de la conquista de la independencia y la soberanía nacionales.

¿Cómo es que asistimos a esta condena moral, política, y por cierto económica, con que se la amenaza?

La implantación global del neoliberalismo ha ido acompañada de la destrucción de las bases sociales, sustituyéndolas por sistemas cupulares que imponen no sólo las reglas mercantiles de la explotación y la desigualdad.

De la misma forma, el neoliberalismo ha provocado la destrucción del Estado, la democracia, el humanismo, la solidaridad y la fraternidad, también repartidas en pedazos de competencia inmoral.

Exitoso hasta ahora, ha impuesto esta otra escala de valores –o antivalores–, llevando a cada vez mayor número de países a elegir entre someterse a sus dictados o caer en la ruina impuesta sin salvación, bajo una suerte de esclavitud material y mental y el monopolio social del pensamiento.

Por esto es que la extraordinaria y valerosa decisión del gobierno argentino aparece como pecado escandaloso que deja al descubierto la unanimidad del sometimiento, rompe la impunidad intocable de los poderes trans y antinacionales que habían llegado a proscribir toda expresión o acción distinta o disidente  del sagrado consenso a pueblos y gobiernos, y se constituye en ejemplo de memoria y acción ante el desolador y temible panorama de la crisis a que ha llevado al mundo la experiencia neoliberal.

La decisión argentina requiere la defensa y solidaridad de que todo el mundo se oponga al vendaval de presiones que ya ha comenzado. Porque es también nuestra, sus hermanos latinoamericanos  nos alineamos a su lado, saludando al gobierno y al pueblo argentinos, repitiendo su himno nacional: Al gran pueblo argentino, ¡salud!

Rogelio de la Fuente, diputado socialista chileno durante el gobierno del presidente Salvador Allende

Fuente : La Jornada