El primero de mayo se ha convertido en una fecha de movilización nacional. En otros tiempos los líderes de las viejas centrales sindicales corporativas aprovechaban este día para expresar en el Zócalo de la ciudad de México o en la plaza mayor de los estados, su agradecimiento y sumisión al Ejecutivo en turno. Quién no recuerda a Fidel Velázquez en el balcón presidencial saludando a contingentes de obreros que con uniforme nuevo acudían obligados, previa toma de lista, a este acto fatigoso, en el que no valía protesta alguna.
Frente a la celebración oficial aparecía el movimiento democrático: sindicatos y ciudadanos libres que expresaban sus reclamos y protestas, las demandas de democracia sindical y más salario eran una constante. La disputa por la Plaza de la Constitución era objeto de bloqueos e incluso de represión policiaca para blindar la celebración oficial. La consigna: ¡Zó-ca-lo! ¡Zó-ca-lo!, resonaba año con año como un reclamo popular.
La crisis del sindicalismo oficial, la presión de los independientes, y el creciente desdén de los gobiernos por los intereses obreros provocó un cambio de escenario. Con la llegada de la alternancia los líderes corporativos no supieron qué hacer y decidieron limitar su presencia en el Zócalo en un horario acotado a las primeras horas del día, para dejar espacio a los independientes, que en todas sus expresiones se fueron convirtiendo en los auténticos ocupantes del espacio recuperado.
En unos días, los trabajadores acudirán una vez más a expresar sus protestas en la marcha del primero de mayo. Motivos y agravios sobran frente a un gobierno que abiertamente actúa en contra de sus intereses. Basta confirmar la política salarial, que tan sólo en este sexenio ha provocado la pérdida de un tercio de su poder adquisitivo de los artículos de consumo popular.
Son también motivo de rechazo las propuestas panista y priísta de reforma laboral, que presentadas como reformas estructurales necesarias buscan en el fondo reducir aún más el valor del trabajo, incrementar la inestabilidad laboral, favorecer la subcontratación libre (outsorcing) y el despido barato, que destruye transversalmente los principios básicos de protección legal vigentes.
Las agendas particulares estarán presentes en mantas y consignas. Los mineros y electricistas marcharán recibiendo como siempre la solidaridad popular. Los primeros reclamarán el cese de la represión empresarial y gubernamental en su contra; los segundos protestarán por el despojo injustificado de su fuente de trabajo, exigiendo una negociación indebidamente diferida. Ambos saben que un cambio de régimen es necesario para encontrar solución.
Formará parte de las demandas la creciente exigencia para que el gobierno cumpla sus compromisos ante la Organización Internacional del Trabajo. La queja 2694, apoyada por las organizaciones sindicales más importantes del mundo, ha adquirido creciente interés en virtud de que cuestiona a escala internacional la simulación y la corrupción del modelo laboral mexicano.
Pero no solo frente al gobierno federal habrá reclamos, trabajadores de la ciudad de México de distintos sectores protestarán en contra del decreto antisindical emitido en noviembre pasado por el pleno de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje; el contenido de esta norma legal pretende crear un estado de excepción haciendo imposible la formación de sindicatos, el acceso a la contratación colectiva y el ejercicio del derecho de huelga en la ciudad capital, al sujetar estas garantías a requisitos y condiciones imposibles de cumplir en la práctica.
Se exigirá a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que atraiga los amparos que se han presentado con objeto de reponer en el ámbito local la vigencia de las normas constitucionales. A este máximo tribunal también se reclamará una definición congruente con el derecho constitucional de huelga frente al intento patronal de suprimirlo con motivo del conflicto en la mina de Sombrerete, Zacatecas. A propósito, el próximo miércoles 25 de abril se resolverá finalmente el amparo relativo a la toma de nota del dirigente nacional minero. Atendiendo a la jurisprudencia 32/11, deberá ser en su favor.
Los trabajadores académicos y administrativos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México protestarán reclamando respeto a su contrato colectivo, la reinstalación de los trabajadores despedidos por razones políticas y la entrega de las prestaciones colectivas y cuotas sindicales indebidamente retenidas por la administración de esta institución desde hace ya 18 meses.
Se integrarán al contingente los trabajadores de la planta de Honda, de El Salto, Jalisco, quienes protestan por las maniobras de la empresa tendientes a impedir el derecho a elegir a su organización sindical. Los petroleros, mal llamados de confianza, organizados en su sindicato democrático, estarán como siempre presentes. Los huelguistas de Calzado Sandak, de Calpulapan, Tlaxcala, quienes se enfrentan a la decisión de la trasnacional de simular una maquila familiar, acudirán reanimados por su reciente triunfo legal que declara existente su huelga.
Los trabajadores de Mexicana de Aviación, sobrecargos, pilotos y personal de tierra, sentirán una vez más el cobijo popular que los ha alentado a luchar por su fuente laboral a sabiendas de los múltiples obstáculos que por intereses creados ha planteado el gobierno federal.
La coyuntura electoral no estará ausente de las movilizaciones. Los trabajadores saben que con su voto podrán influir para cambiar el rumbo del país en favor de una sociedad más fraterna, solidaria y socialmente productiva. Si votan con conciencia y superan la influencia de las campañas de las televisoras y la compra de votos por medio de dádivas y promesas falsas, podrán ser un factor determinante para caminar hacia un cambio verdadero en el país.
Posdata: El martes 24 de abril, con fundamento en el Acuerdo de Colaboración Laboral de América del Norte se presentará en México por el sindicato internacional SEIU una demanda de fundamental importancia en contra de la ley aintinmigrante de Alabama. Esta es una muestra de solidaridad con nuestros connacionales amenazados sólo por buscar una vida mejor para su familia.
Fuente : La Jornada