Sólo basta que su nombre sea mencionado durante el debate presidencial para que Andrés Manuel López Obrador arranque los gritos de unos 3 mil seguidores que llegaron al Zócalo capitalino para ver el encuentro.
Acomodados en las sillas que colocó el Gobierno del Distrito Federal o de pie, quienes observan el debate entre los candidatos presidenciales aplauden y vitorean al candidato presidencial de las izquierdas.
La reacción es igual de espontánea, pero en sentido contrario, cuando habla Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota o Gabriel Quadri: chiflidos y abucheos les llueven a las dos pantallas de unos 3.5 metros de alto.
Organizaciones de miembros de Morena, perredistas y grupos de apoyo al candidato de la izquierda al Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, están concentrados en el Zócalo, y poco antes del inicio del debate repartieron tamales y atole para ver la transmisión