V Encuentro Sindical Nuestra América
Debemos buscar la solidaridad no como un fin
sino como un medio encaminado a lograr que
nuestra América cumpla su misión universal.
José Martí
Martín Esparza Flores
De punta a punta de nuestro continente, millones de trabajadores tienen bien claro que será únicamente a través de la unidad de lucha y conciencia de clase, como habrán de enfrentar los embates de un capitalismo en crisis que insiste en mantener su modelo de economía neoliberal que ha acumulado la riqueza en unas cuantas manos a costa de empobrecer a pueblos enteros.
Hoy más que nunca, la solidaridad de los pueblos de América Latina debe reflejarse en el rechazo también a aquellos políticos y sus partidos que insisten en no voltear a mirar a sus pueblos, obedeciendo ciegamente los lineamientos que les marca la oligarquía imperialista a través de organismos como el Fondo Monetario Internacional. Existe ya un rechazo generalizado para desechar la infundada tesis de que son los trabajadores los responsables de la crisis, como de forma manipulada lo han manejado los medios de comunicación afines al gran capital.
Por eso, resultó de vital importancia en el actual contexto de transición política que vive nuestro país, la realización del V Encuentro Sindical Nuestra América, celebrado los días, 21, 22 y 23 de la pasada semana en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y que contó con la participación de 200 delegados internacionales, muchos de ellos provenientes de más de 27 países del continente, así como de 300 delegados nacionales.
El magno evento es una demostración de la profunda e inquebrantable solidaridad que cientos de organizaciones gremiales no sólo de nuestro continente sino del mundo, han mantenido con la lucha de sindicatos independientes como el SME, los mineros, los trabajadores de los sindicatos de Mexicana, la corriente democrática del magisterio, entre otras muchas fuerzas sociales, en contra de los atropellos del gobierno intolerante y autoritario de Felipe Calderón, obsesionado en pisotear los derechos laborales.
La resonancia que en todo el mundo tendrá el encuentro sindical no pasó desapercibida para el aniquilado gobierno panista que trató, en forma por demás censurable y por todos los medios posibles, de impedir la asistencia de los invitados internacionales. Muchos delegados denunciaron, por ejemplo, que en países centroamericanos, las embajadas de México se negaron sistemáticamente a extender las respectivas visas a los interesados.
A pesar de tales triquiñuelas, el evento se realizó satisfactoriamente y los líderes de todo el continente fueron testigos de cómo se las gasta este gobierno.
Ya todo México y el mundo se están enterando de la política antilaboral y represiva de Felipe Calderón.
Una de las conclusiones torales que consideramos pertinente citar es que ante el permanente acecho del imperialismo y de la peor crisis de su capitalismo en toda su historia, se observa de manera alentadora el ascenso de la lucha de clases y el desarrollo de la conciencia política de la clase trabajadora a favor de gobiernos de izquierda.