1. El Instituto Federal Electoral (IFE) adelantó ayer juicios para echar abajo todos los planteamientos de inconformidad promovidos por el Movimiento Progresista encabezado por López Obrador contra la elección presidencial. Señaló que “no se actualiza ninguno de los supuestos de nulidad para esos comicios y tampoco se acreditan los supuestos de invalidez por la presunta compra y coacción del voto”.
Enfatizó que “un presunto rebase de topes de campaña no anula la elección, si bien aún no ha sido acreditado”. Indicó que “sólo se han entregado informes preliminares de gastos —los cuales no pueden considerarse como base para un procedimiento extraordinario fiscalizador— y sólo será a la presentación del informe final, el 8 de octubre, cuando la Unidad de Fiscalización del instituto cuente con los elementos para advertir un presunto rebase de tope de campaña”.
2. El TRIFE ya cuenta así con todos los elementos para desechar las casi 700 cuartillas de acusaciones y pruebas entregadas por López Obrador. No necesitarán leer las 1.500 cuartillas que entregó como defensa Peña Nieto. Lo que sucede es que todo ese arbitraje que debería ser neutral, de la FEPADE, el TRIFE y el IFE, es muy parcial porque son parte privilegiada de la clase dominante. ¿Cómo pueden los “árbitros” del IFE “cometer el error de ser justos” y dejar de cobrar uno de los salarios más grandes y ofensivos que hay en México, sólo comparables con los del Presidente de la República y los jueces de la Suprema Corte?
Si tuvieran independencia serían otra cosa porque valorarían cada uno de los argumentos y determinarían en función de la realidad. Pero no; esa institución es de Estado y tiene la obligación de comportarse de acuerdo a las reglas establecidas por el sistema político.
3. Esas autoridades electorales —para justificar la mucha plata que cobran— funcionan como ciegos y sordos. No vieron ni oyeron que la campaña fue absolutamente desigual en los excesivos gastos, en los spots, apariciones, tiempos en los medios de información, en el manejo de las encuestas, en la compra de votos con despensas, materiales de construcción, dinero en efectivo, tarjetas de Soriana. Para ellos, esto que cualquier televidente puede reafirmar, es una mentira y, si acaso existió sólo es motivo de multa al partido o de una sanción, pero nunca de invalidez de la elección. Esto quiere decir que se repetirá el fraude de 2006 y nos estamos atrasando en nuestras protestas. Alguien diría que no hay que desesperarse, que hay más tiempo que vida; pero no debe olvidarse que en política hay que hacer las cosas en el momento adecuado aprovechando las condiciones de descontento de las masas de trabajadores.
4. ¿Puede AMLO seguir teniendo esperanzas en las instituciones que tanto lo han repudiado y desconocido? ¿Pueden los electores seguir sometiéndose a autoridades electorales que aceptan que el poder haga lo que quiera con las elecciones? ¿No sería acaso más acertado reunir a jóvenes activistas para planear las acciones políticas en las calles, las instituciones, los bancos, las embajadas y las carreteras, que se deben poner en práctica?
Serían concentraciones y acciones de las más pacíficas e inofensivas como siempre han sido las del pueblo; no serían acciones violentas, ilegales, clandestinas, armadas o groseras porque, como bien se sabe, quien las tornan violentas son la policía y el ejército del gobierno cuando intervienen reprimiendo.
Los violentos son los que portan armas, usan caballos, perros y gases lacrimógenos para reprimir. ¿Quién más violentos que ellos?
Serían concentraciones y acciones de las más pacíficas e inofensivas como siempre han sido las del pueblo; no serían acciones violentas, ilegales, clandestinas, armadas o groseras porque, como bien se sabe, quien las tornan violentas son la policía y el ejército del gobierno cuando intervienen reprimiendo.
Los violentos son los que portan armas, usan caballos, perros y gases lacrimógenos para reprimir. ¿Quién más violentos que ellos?
5. La reunión del sábado y domingo pasados en la explanada de la población heroica de Atenco, fue un buen calibrante para medir la energía de más de 300 organizaciones representadas por los activistas allí reunidos.
Su pronunciamiento fue totalmente justo porque partió del análisis puntual de la sociedad mexicana, del proceso electoral y del enorme fraude que se construyó en beneficio de Peña Nieto, Televisa y el PRI. Los acuerdos han provocado muchos rechazos de políticos del PRI, PAN y PRD, así como de empresarios.
Ante la falta de argumentos de éstos —con el objetivo de descalificarlos— han dicho que los jóvenes de “Yo soy 132” están siendo manipulados por grupos de la izquierda radical y por el mismo López Obrador. No pueden entender los directivos de esos partidos al servicio de la burguesía, que los jóvenes por propia edad tienen pensamientos avanzados y que no pueden anclar su pensamiento en lo conservador o reaccionario.
6. López Obrador posee una enorme experiencia en movilizaciones en la ciudad de México por haber encabezado varias decenas de ellas, sabe en qué momento se debe salir a la calle; pero también se puede equivocar por los mil un problemas que tiene pendientes. Por eso los más cercanos e influyentes en él tienen que convencerlo de la instrumentación de coordinaciones que se encarguen de organizarlas en comunión con los estudiantes, los electricistas, la CNTE, mineros, Mexicana, telefonistas y otros.
El parecer el IFE ya dio su posición para influir sobre el TRIFE y la FEPADE. En este mismo momento Peña Nieto y el PRI han enviado a sus treinta “grandes abogados”, especialistas en elecciones, a “asesorar” todos los resolutivos que seguramente se adelantarán algunas semanas.
Ya Peña ha visitado a Calderón para ensayar el traspaso de poder.