* A las 11 de la mañana se escenificó una verbena entre 50 carpas del SME y bomberos
* Masajes para los maratonistas, blusas bordadas y fotos del recuerdo, entre las ofertas
Periódico La Jornada
Lunes 3 de septiembre de 2012, p. 45
Alrededor de las 11 horas de ayer, cuando gran parte de los corredores que participaron en la 30 edición del Maratón Internacional de la Ciudad de México había llegado al Zócalo, la plancha de concreto fue escenario de una verbena matutina de paseantes que caminaban entre cáscaras de naranja y plátanos, frutas que previamente habían sido repartidas entre los corredores.
El olor a mentol provenía de las grandes carpas donde se ofrecían masajes a los corredores y contrastaba con la atmósfera producida por la concentración de miles de personas con las playeras completamente mojadas de sudor o de plano, ya, con el torso desnudo.
Entre un puesto de palomitas de maíz, uno de blusas de manta con bordados de vivos colores e incluso de discos compactos piratas, había un grupo de corredores posando para una cámara fotográfica, un teléfono inteligente o una Polaroid.
Las tomas fotográficas duraban más que una conversación, ya que el paso de los transeúntes era tal que a cada rato había alguien insertado en la toma. Aún así, los corredores mordían su medalla entre sonrisas, como en las típicas tomas de los deportistas olímpicos.
Trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas, en su plantónFoto María Luisa Severiano
Así, entre carpas instaladas en la plancha del Zócalo, de patrocinadores del maratón, programas de promoción del deporte, inflables, mantas con leyendas de ánimo y superación, también se encontraban los trabajadores del SME, que por la mañana tuvieron que mover su plantón a uno de los costados. De igual forma, las carpas de los bomberos en huelga, las cuales no se movieron, quedaron rodeadas por grandes tráileres con anuncios, que prácticamente ocultaban la protesta.
Parte de los paseantes dejaban monedas en sus botes de colectas, pero ni esto o la aglomeración, las vallas en las entradas del Metro para rodear las zonas de paso o los vendedores, parecieron mellar el ánimo. La música sonaba.
Los que sufrieron el maratón, fueron los automovilistas, ya que avenidas como Insurgentes, Reforma, Hidalgo y las inmediaciones del Centro fueron cerradas a la circulación, lo que ocasionó caos vial. Incluso, un automovilista resultó lesionado al tratar de evadir uno de los cierres e invadir el carril confinado del Metrobús, en la colonia Tabacalera, donde la unidad de trasporte público lo impactó.
La Jornada