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miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Más empleos, Calderón?… “Ya veremos”, dijo el ciego

17. octubre, 2012 |  Álvaro Cepeda Neri


Siguen cacareando las bondades de la contrarreforma laboral. O como terminó su sesudo análisis un periodista salinista al servicio de Televisa, que escribe en El Universal, es “una reforma donde todos pierden y todos ganan”. Pero sólo pierden los trabajadores, aunque panistas y peñistas lo nieguen. Se han pasado de vivos los legisladores, pues al no aprobar la rendición de cuentas de los sindicatos y que sus dirigentes sean elegidos por voto secreto, intencionalmente dejaron escapar la reforma que teníanpor los pelos. Que las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo generarán más empleos es una ocurrencia de patrones ladrones y sus ideólogos que buscan la libertad absoluta del mercado laboral, para contratar sin límites, a los nuevos esclavos que les venderán los patrones intermediarios llamadosoutsoursing.
 
Calderón asegura que habrá más empleos. Pero sólo un enloquecido, que confunde la realidad con sus perversas fantasías, puede asegurar tales idioteces, pues los del Consejo Coordinador Empresarial, prevén que hasta dentro de un año o más se verán los primeros resultados. El desempleo tiene a 16 millones de mexicanos aplicados al comercio informal más los 7 millones de egresados de licenciaturas, incluyendo a los que no fueron aceptados en estudios superiores por falta de cupo (ya que Calderón ha construido puras cárceles, inaugurando la más grande en Sonora). Durante el mal gobierno calderonista dejaron de crearse 6 millones de empleos formales, ya que redujo la inversión pública y sus cómplices empresariales tampoco invirtieron. Y el desempleo es masivo.
 

¿Más empleos, Calderón?

 
El ya casi fuera del poder presidencial busca notoriedad, como si le faltara con los 100 mil homicidios por su fracasada guerra. El narcotráfico, que sí da empleo y corrompe, está más insolente que nunca. Desafiante. Y estamos inmersos en una crisis general donde, como escribió el grande de Antonio Gramsci: “lo viejo no ha muerto y lo nuevo no ha nacido”; como escribió Andrés Molina Enriquez (1868-1940): “desempleo y pobreza son nuestros problemas nacionales”.
Si habrá más empleo o desempleo está por verse. Los empresarios-patrones quieren manos libres para controlar la demanda laboral, pues han visto que Peña, al que apoyaron desde Soriana, Monex, Scotiabank y aportaciones secretas, les entrara la economía como botín. Prometen más empleo porque darán trabajo por horas creando la ilusión de que todos están ocupados. Pero sólo trabajarán medios turnos y con mínimas prestaciones, para que en lugar de poder jubilarse a los 60 o 70 años de edad, lo hagan a los 90. La contrarreforma laboral es una trampa, con todo y que a la inicial propuesta calderonista le rasuraron otras perversidades. Pero los legisladores verdes, tricolores y gordillistas securaron en salud evitando que los “líderes” sindicales rindieran cuentas de las millonarias sumas que se roban de las cuotas y subsidios. Y que sean electos por voto secreto para transparentar sus cargos. ¿Más empleo, Calderón? “Ya veremos”, dijo el ciego.