El pasado 17 de mayo hubo una descarga eléctrica que quemó y dejó inservibles prácticamente todos mis aparatos domésticos: refrigerador, televisión, horno de microondas y teléfono inalámbrico, entre otros enseres que con muchos sacrificios fui adquiriendo. La descarga se produjo cuando trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizaban maniobras con el cableado eléctrico.
Tres días después presenté ante la CFE una solicitud para que me repararan los daños. Después de muchos trámites, a principios de este mes, llegó la respuesta del jefe del Departamento de Atención a Clientes de la Zona Tacuba, Javier A. Martínez Reyna, quien rechazó mi petición, por improcedente.
Su argumento fue que la base de mi medidor no cuentan con bajante a tierra, además de que no cuenta con un interruptor termomagnético de 2 por 30 amps.
Pero ¡se trata de los medidores que la CFE instaló!, como usuaria, no tengo nada que ver en eso. Desde hace más de 32 años vivo en la calle Aluminio 16 y nunca se dio una situación similar. Me preocupa que en el edificio estemos expuestos a una nueva descarga que acabe con nuestros pocos bienes, por el mal estado de las instalaciones eléctricas. Le pido al director de la CFE, Francisco Rojas, que intervenga y me repongan los aparatos que me dañaron.
Ana Ruth García López
La Jornada Correo Ilustrado