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lunes, 30 de diciembre de 2013

La directiva del STPRM allana el camino a firmas extranjeras

Redimensiona unidades de Pemex, señalan documentos internos

Periódico La Jornada
Lunes 30 de diciembre de 2013, p. 6
El Sindicato de Trabajadores de Petroleros de la República Mexicana (STPRM) empezó a preparar el terreno para la entrada de empresas y personal extranjero a diversas áreas de la paraestatal –que conllevará la reforma energética– e inició el desplazamiento de trabajadores de diversas áreas y unidades; además está cerrando los procesos de recontratación de transitorios, y aplazando la basificación de personal en lista de espera.

Incluso, la dirigencia de Carlos Romero Deschamps en el STPRM ha aceptado la virtual desaparición de áreas de trabajo, entre ellas la de mantenimiento civil.

Documentos obtenidos a través del Instituto Federal de Acceso a la Información y oficios que el sindicato ha mandado a diversas unidades revelan que incluso la paraestatal está por iniciar el cumplimiento del convenio administrativo sindical 10717-2013, asentado en el contrato colectivo de trabajo y depositado en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA), mediante el cual se redimensionarán o disminuirán las plantillas de trabajadores de todas las unidades, plataformas y centros de trabajo, incluidas las de personal de confianza.

Desde agosto de 2013 –antes de la aprobación de la reforma energética– Romero Deschams, quien está al frente del sindicato desde 1996 tras varias relecciones, firmó conjuntamente con el director general de la paraestatal, Emilio Lozoya, este convenio, el cual señala que se va a definir la situación de los trabajadores sindicalizados y de confianza adscritos a plantas fuera de operación y, en los casos que no sea posible el reacomodo en términos de la cláusula 20 del contrato colectivo y que se encuentren en las condiciones de jubilación, se aprovecharán las plazas donde se requieran.

Ello implica recortes de personal, cambios, jubilaciones y prejubilaciones de trabajadores en varias áreas.

La Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (Untypp), en voz de Silvia Ramos, indicó que con anticipación se está empezando a preparar todo el terreno para la entrada de las empresas extranjeras y su personal en Pemex, y que a pesar de que el sindicato fue sacado del consejo de administración de la empresa, el comité de Romero Deschamps está realizando el trabajo sucio a la paraestatal.

Así, en los últimos dos meses empezó a cerrar la recontratación de trabajadores transitorios en diversas unidades, y el propio sindicato esparció el rumor de que no habrá más contratación para ellos por la reforma energética. De igual manera, están parando diversas unidades, como la planta petroquímica Escolín, en Poza Rica, donde a los técnicos y profesionistas ingenieros les pidieron que renunciaran y firmaran un nuevo contrato porque la empresa Mexicana de Vinilo, que la iba a operar, señaló que sólo se requería una tercera parte del personal.

Desde antes, señaló, se inició la rebatiña de las empresas trasnacionales, pero las quieren [las unidades] limpias, es decir, prácticamente sin personal, como Repsol, que al obtener el proyecto de la cuenca de Burgos la paraestatal jubiló a todos los trabajadores con más de 20 años de trabajo y despidió a todos aquellos que tenían poco tiempo laborando.

Ahora se han parado incluso las basificaciones en lista de espera, que son en su mayoría de hijos de trabajadores, quienes durante años han hecho méritos para tener una plaza. Esto se está llevando a cabo en todas las unidades y centros de trabajo. Además se están dejando áreas sin materia de trabajo para justificar el redimensionamiento de las plantillas de personal y sectores enteros que tenían adscritas áreas de servicio se están paralizando, desapareciendo.

El futuro de los trabajadores de Pemex es incierto, porque la dirigencia de Romero Deschamps está aceptando todo y porque en la reforma no hay ningún apartado que asegure el cumplimiento del contrato colectivo para los trabajadores; éste podría incluso desaparecer a la larga. El problema mayor es que los petroleros no cotizan al Seguro Social ni al Issste y que sus pensiones estarían en riesgo. Por lo pronto la seguridad laboral no existe para estos sindicalizados, pues ya empezó el redimensionamiento de la plantilla laboral, indicó esta unión.

La Jornada