.

sábado, 16 de enero de 2010

Caridad negada

2010-01-14

El conflicto provocado por el cierre de Luz y Fuerza del Centro y la liquidación del Sindicato Mexicano de Electricistas, a tres meses de haber sido iniciado está muy lejos de resolverse. Al parecer, el gobierno federal no contó con la firmeza de una organización sindical que, independientemente de sus vicios y errores acumulados en más de nueve décadas de actividades, cuenta con una bien fincada tradición de lucha en favor de la clase trabajadora en su conjunto, y una base social que ahora está demostrando la solidaridad que se ha sabido ganar el SME. Tampoco contaba la parte gubernamental con las muestras de apoyo provenientes del exterior, a un gremio que ha demostrado una insobornable conciencia de clase.
En el lapso transcurrido desde el pasado 11 de octubre, fecha del fatídico golpe a la organización sindical, ha quedado perfectamente claro para el ciudadano común que el principal objetivo de Calderón no fue otro que facilitar a la oligarquía la apropiación de la infraestructura de Luz y Fuerza del Centro y particularmente los más de mil kilómetros de fibra óptica con que cuenta la empresa. Los argumentos esgrimidos por el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, han sido plenamente echados abajo, tan es así que no ha vuelto a referirse a uno solo de ellos. Su silencio es la confirmación de que el golpe al SME es parte de una estrategia del Estado ultraderechista, orientada a desmantelar lo poco que queda de las instituciones surgidas de la Revolución Mexicana.

Otra prueba muy clara de tal aserto es la orden que recibió el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, de pedir su renuncia a los subsecretarios que no son militantes panistas, y meter en su lugar a reconocidos miembros de sus filas con vocación oscurantista. Así, en lugar de Miguel Szekely Pardo, un académico connotado que se esforzó por cumplir lo mejor posible su trabajo en la Subsecretaría de Educación Media Superior, quedará Miguel Ángel Martínez Espinosa, ex secretario de Educación en Jalisco e integrante del grupo de Francisco Ramírez Acuña, actual presidente de la Cámara de Diputados y ex gobernador de aquella entidad.
Esta medida habrá de influir en nuevas presiones de la Iglesia Católica, como las que ha venido promoviendo al contar con el apoyo por omisión de la Secretaría de Gobernación a sus actividades políticas, abiertamente lesivas del laicismo que debiera ser el marco institucional de las relaciones entre las iglesias y el Estado Mexicano. No es casual que sólo la Iglesia Católica asuma una actitud beligerante contra el ordenamiento constitucional, por su ambición de ser la institución clerical hegemónica. Se patentiza con hechos claros la firme alianza entre la cúpula de dicha iglesia y el “gobierno” de Felipe Calderón, con el fin expreso de manipular las conciencias de la feligresía en favor del partido blanquiazul.
Así se explica el total rechazo de dicha iglesia a brindar su apoyo a la justa lucha del sindicato, el cual le fue solicitado por la dirigencia del mismo en días pasados. Obvio es que una muestra de solidaridad de la Iglesia Católica al SME, dada su influencia en las altas esferas del gobierno federal, sería de gran ayuda en este momento, pero eso no va a suceder por el distanciamiento del alto clero de las causas populares, como lo patentizan los hechos. Y mientras desde las esferas gubernamentales goce de pleno apoyo a su labor política, encaminada a ampliar sus áreas de influencia, es impensable que cambiara su actitud. La realidad es que nunca como ahora, el amasiato entre el PAN y la cúpula de la Iglesia Católica había sido tan evidente.
Sin embargo, la firmeza de la dirigencia sindical en la defensa de su gremio puede ser un factor que influya en un cambio en la correlación de fuerzas, como se advierte en la decisión de la Secretaría de Gobernación de convocar a un “diálogo directo” a los dirigentes del SME para mañana viernes. Aun cuando Martín Esparza, secretario general de la organización sindical, diga que se trata de una trampa del gobierno federal, lo cierto es que así se rompe la cerrazón que había mostrado, al suponer equivocadamente que podría derrotar al SME por desgaste y cansancio de los trabajadores. Está visto que no será así, y menos lo será en la medida que los asalariados y las clases mayoritarias tengan cada vez menos que perder. Se las está orillando a tomar actitudes suicidas al darse cuenta que más vale morir luchando que implorando una caridad que incluso les sería negada.

liga : http://www.poresto.net/cgi-bin/news.cgi?f=26949