He sido invitada por los compañeros del SME a estar presente y ser testigo del diálogo que iniciaron hoy en la Secretaría de Gobernación, en la búsqueda de una solución al conflicto que tiene más de un año. Estoy fuera de la ciudad de México y no podré estar, pero aprovecho la oportunidad para hacer pública nuevamente mi posición.
La injusticia cometida contra miles de trabajadores electricistas del SME debe ser corregida de inmediato. No es posible tanta saña y maldad hacia un sindicato democrático y nacionalista, cuya historia ha estado ligada a las mejores causas del pueblo mexicano y al que tanto debe México, desde que nació, en 1914. Es de elemental justicia recordar que las luchas y las demandas del SME, junto con las de Río Blanco y Cananea, contribuyeron a elevar a rango constitucional los derechos obreros, pisoteados por el tirano Porfirio Díaz y finalmente reconocidos en el artículo 123 de la Constitución que nos rige. Es imperdonable la absurda guerra de exterminio contra una organización sindical precursora e impulsora de la nacionalización de la industria eléctrica. Quien tenga un poco de conciencia puede decir que lo que somos como nación debe bastante al desarrollo nacional eléctrico y a las manos de los trabajadores del SME.
No olvidamos, no olvidaremos nunca, que en 1985 el SME levantó de sus ruinas a la ciudad de México y a la gran área metropolitana, salvando vidas y restableciendo en tiempo récord el servicio eléctrico, sin pedir nada a cambio. No olvidamos tampoco, especialmente las Madres del Comité Eureka!, su apoyo a nuestro reclamo por la presentación de los desaparecidos políticos. Menos ahora que tenemos que exigir, juntos nuevamente, la libertad de presos políticos, en el caso de los electricistas injustamente presos por su participación en la resistencia del SME contra la extinción de Luz y Fuerza del Centro.
Hoy sólo piden, con razón y justicia, que les regresen el trabajo que el gobierno les arrebató, pretextando mentiras que el tiempo ha puesto al descubierto. Por ello y muchísimas cosas que tienen que ver con el espíritu de solidaridad del SME, me sumo al reclamo nacional para que les devuelvan su empleo, ahí donde han creado riqueza y bienestar para millones de mexicanos, en el sector eléctrico y en la prestación del servicio público de energía eléctrica. ¡Estamos con ustedes, glorioso Sindicato Mexicano de Electricistas!
Monterrey, Nuevo León, 12 de septiembre de 2011
Rosario Ibarra
Fuente : La Jornada