vie 2 dic 2011
Con más de 24 horas de duración, llorando a moco tendido y suplicando al pueblo mexicano que exprima lo poco que tiene para ayudar a las personas con capacidades especiales, sobre todo niños, Televisa estrena nuevamente el teatro del Teletón, melodrama chantajista que solo busca evadir responsabilidades fiscales.
Lucero protagoniza la obra, algunas veces sacrifica su cabellera que fácilmente puede ser sustituida por un par de extensiones, sus lágrimas son verosímiles como una lluvia seca, aun así millones de paisanos caen en la trampa, se les pone noble el corazón y los televisos succionan esa caridad para pagar sus impuestos.
Varias empresas acuden al llamado y donan millones de pesos, prefieren entregarlo a los ventrílocuos que a la misma administración de Felipe Calderón, de igual manera algunas figuras políticas se masturban entre si y ayudan con la causa, promueven su imagen para destacar. Esta edición no será la excepción, pues el 2012 está a la vuelta de la esquina y no hay que desaprovechar ninguna oportunidad para hacer campaña política.
El objetivo, recolectar 19 millones de pesos al grito de Vivo que se ha ido promocionando con la bendición del vocalista de Fobia, Leonardo de Lozanne, quien dirige a los niños solicitando al pueblo de México que se moche, que moche para una noble causa, enfrentar deudas de la empresa mediática más consumida por el país y de paso ayudar a los que gozan de capacidades especiales.
Las sonrisas conmueven, las lagrimas un tanto también, pero es patético el espectáculo, utilizar la condición de ciertas personas para ganar, es una avaricia asquerosa que a los empresarios no les importa, con tal de favorecerse. El teletón es una fiesta que hay que detener o al menos no permitir que fluya con éxito. ¿Se imaginan ese evento frustrado? Toda una utopía, depende del pueblo que despierte y muestre sus inconformidades, ahí podría haber una misión para las Ocupaciones y empezar a manifestar su desconcierto, pues no hay empleos, no se distribuye la riqueza, pero si hay para obtener recursos para los discapacitados, cuestión respetable, pero ¿a costa de qué?
Sin duda, Televisa y los miembros del patronato Teletón se van por la corriente maquiavélica: El fin justifica los medios.
El teatro teletón es una seducción melancólica, que se ampara de los medios, nobleza comprada, ganar, ganar y seguir ganando sin pagar.
Fuente : SDPnoticias