Nacional - Miércoles, 29 de febrero de 2012
Y es que primero fueron las minas... Mira que concesionar el 25% de nuestro territorio a las mineras extranjeras, en especial canadienses, mientras en México hay más de 50 millones de pobres... ¿A caso no habría sido posible, formar cooperativas, para que los lugareños de las zonas mineras, fueran los primeros beneficiados? No, para esos habitantes originales de los territorios mineros solo hay contaminación y la misma pobreza que han vivido en décadas. ¿Y ahora el petróleo? Y es que, aunque nieguen que existen yacimientos comunes entre México y Estados Unidos, la realidad es que ya se firmo un acuerdo de "explotación conjunta"... ¿Para qué firmar un acuerdo sobre algo que no existe? La realidad es que si existen esos yacimientos petroleros y por lo visto, ya buena parte de esa riqueza, se ha regalado a los vecinos del Norte, mientras que para nosotros...
El 20 de febrero de 2012, Felipe Calderón, a través de la Canciller Patricia Espinosa, y Hillary Clinton, Secretaria de Estado de los EUA, firman un acuerdo de explotación conjunta de los yacimientos petroleros transfronterizos, en el Golfo de México; acuerdo que por cierto no era del conocimiento de la Cámara de Senadores ni de la Cámara de Diputados. A este respecto, aparece una nota del medio informativo "Adelante" (http://adelanteenlanoticia.com/?p=3717), del Estado de México, titulada: "¿La entrega del petróleo a los Estados Unidos una maniobra para evitar que el PRI llegue a Los Pinos…?"; en la que se comenta la hipótesis de que la firma de este acuerdo es una estrategia política, de Felipe Calderón, con miras a que el gobierno de los Estados Unidos no apoye al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, a la Presidencia. Si lo que argumenta la columna mencionada fuera cierto, estaríamos hablando de una situación gravísima, en la que se verían afectados nuestros ingresos económicos, por concepto de venta de petróleo al exterior; y por supuesto, habría un grave daño a la vida democrática de nuestro País, al considerar que un acuerdo de esta índole, conllevaría en automático una posible imposición, similar o peor a la de 2006.
Lo anterior, aunado al polémico asunto de los contratos incentivados, representa una entrega disfrazada de los recursos petroleros al sector privado; si no es una entrega en su totalidad, por lo menos es claro, que buena parte del control de los hidrocarburos se está dejando en manos privadas. Para muchos esta situación no es tan grave; de hecho no faltan los que dicen que si hace falta el capital privado en los Petróleos Mexicanos; pero el problema es que una vez que entran los capitales privados en los asuntos de explotación de riquezas naturales, pasan por lo menos, tres cosas:
1) Las inmensas ganancias que se llevan los "concesionarios", son riquezas que NO llegan a la población más necesitada; y solo se dirigen a las enormes cuentas bancarias de unos cuantos.
2) Después es casi imposible recuperar lo "concesionado", porque el concesionario recurrirá a todas las artimañas legales para conservar la concesión; y en el caso de que no pueda, por medio de la malversación de la Ley, exigirá del Estado cuantiosas indemnizaciones, que como es lógico, se pagarán con el dinero de todos nosotros.
3) Los "concesionarios" difícilmente responden (en especial a la población local de donde se encuentran asentadas sus empresas extractivas) a los daños ecológicos y ambientales, que causa la extracción de esos recursos; daños de tales dimensiones, que pueden durar décadas en revertirse.
En definitiva, el capital privado no sería necesario en PEMEX, si los dineros que se han obtenido gracias a esa empresa de todos los mexicanos, se hubieran manejado con honestidad; pero por desgracia, PEMEX ha sido por décadas un botín de unos cuantos ladrones; por lo que ahora, ante tal saqueo de tantos años, PEMEX no cuenta, en apariencia, con el capital adecuado para seguir operando como empresa Nacional, con autonomía de recursos.
... Mientras que para nosotros solo queda el despojo, la contaminación y la miseria... Al parecer, cuando mis hijos tengan mi edad, les tocará vivir en un País en el que tendrán que pagar grandes costos por lo que es suyo, tendrán que comprar SU petróleo al precio que les cobre el saqueador... Parece que nuestros políticos les están dando el adiós a nuestras riquezas petroleras... Pero ¿Y nosotros?...
Fuente : EMET