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domingo, 5 de mayo de 2013
Personal de la CFE amenaza a ancianos por cobros impagables
* Intentan cortarnos el suministro a la fuerza; llegan con camionetas y patrullas: afectados
* Explican que ya presentaron una queja ante la Profeco, pero nada ha cambiado
Periódico La Jornada
Domingo 5 de mayo de 2013, p. 35
Ante los altos cobros por el servicio de energía eléctrica, un grupo de adultos mayores, la mayoría mujeres, de la colonia Granjas México, en la delegación Iztacalco, se declaró en resistencia y dejó de pagar sus adeudos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que en algunos casos alcanzan hasta 20 mil pesos, por lo que son objeto de intimidaciones y amenazas por parte del personal de la paraestatal, que de manera recurrente van y les cortan el suministro.
En las calles Avena, Canela o cerrada de Centeno, es común el grito: Fulanita, ya andan cortando la luz y salimos echas la mocha, porque vienen con todo, con sus camionetas y patrullas, relató la señora Virginia Longinos, de 62 años de edad, quien aseguró que apenas la semana pasada fue agredida por resistirse a que le quitarán su medidor.
Junto con sus vecinas, explicó que mediante la Asamblea Nacional de Usuarios del Servicio de la Energía Eléctrica, a la cual están adheridas, ingresaron una queja ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) contra la CFE por la falta de precisión en el consumo de energía eléctrica, que ha derivado en cobros imposibles de pagar.
“Se supone que hasta que no resuelvan esa queja no pueden cortarnos el servicio, pero cuando salimos y les enseñamos el documento, nos han dicho: ‘su papel para lo único que me sirve es para limpiarme’; nos acusan de rateros, por robarnos la luz y se burlan de nosotros”, refirió.
De acuerdo con el testimonio de las vecinas, el personal de la CFE actúa cuando los adultos mayores, que viven de su pensión o de algún pequeño negocio, están solos. Elena, de 64 años, cuenta que ha tenido que sacar a su nieto, quien se encuentra en una silla de ruedas por una discapacidad, para evitar que le corten el suministro.
Es un acoso sicológico constante y son muy groseros. Al principio nos mandaban hojas sin firmas ni sellos con la amenaza de que nos iban a embargar. Y mi hija con tanto gasto con su niño, convulsiona y son 20 días en el hospital. Nos dicen que debemos 10 mil pesos, pues nada más me trueno los dedos y digo ay Dios mío, de dónde agarro tanto dinero, expresó.
Elena expuso también el caso de su vecina, la señora Susana Victoria. Me pidió que le enseñara sus papeles, porque ya camina muy despacio y no ve muy bien. A ella le están cobrando 20 mil pesos y con su pensión, pues nada más llora.
Leopoldo Vargas, otro de los afectados, señaló que en las reuniones que han sostenido en la Secretaría de Gobernación, el titular de la Profeco, Humberto Treviño, se comprometió a intervenir ante la CFE, pero no ha habido ningún cambio. Dice que 90 por ciento de las quejas son resueltas, lo cual no es cierto, al contrario, ahora ponen muchas trabas para aceptar las denuncias, apuntó.
La Jornada