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sábado, 4 de enero de 2014

Exequias del corporativismo sindical

SECCIÓN:ARTICULISTAS FECHA:4 ENERO, 2014
Reforma energética
Martín Esparza Flores
Los cimientos del decadente corporativismo sindical crujen tras aparecer algunos de los muchos daños colaterales que traerá en el ámbito laboral de gremios como el de petroleros y electricistas la reforma energética.
Este año, su tradicional cartita a los Reyes Magos ya no permitirá a dirigentes de corte cetemista  gozar de los privilegios  oficiales  de  antaño; el panorama que se avizora en su horizonte anuncia barruntos de tempestades  porque el partido al que protegieron y bajo el cual se cobijaron por décadas, los ha dejado solos.
El cambio operado en la figura jurídica de Pemex y CFE, al de empresas productivas del Estado, les permitirá cometer un verdadero atentado contra los contratos colectivos de trabajo, y en general de todas las condiciones laborales vigentes antes de la infausta reforma.
Como aconteció con la aprobación de la reforma laboral, se abren las puertas de forma indiscriminada a las empresas contratistas para que mediante las outsourcings  se impida el acceso de las nuevas generaciones a prestaciones sociales como la vivienda o el derecho de antigüedad; pero además, se permite una alteración total al régimen de jubilaciones que ya ha encendido en el caso del  Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana, las sirenas de alerta al estimarse en más de 20 mil las solicitudes de jubilaciones anticipadas.
Caro están pagando las dirigencias cetemistas y sus legisladores la sumisión a un gobierno que desde el anuncio de la reforma laboral los obligó a  cruzarse de brazos en el Congreso.
De forma irresponsable no sólo se prestaron a tratar de minar nuestra lucha al violar el acuerdo de delimitación de zonas firmado años atrás, sino que todavía cometieron el craso error de ensalzar a su partido en las elecciones del 2012, a sabiendas de que se preparaba una emboscada en contra de millones de trabajadores,  de los bienes y recursos energéticos  de la nación.
Hoy, como representantes de ese sindicalismo corporativista que carece del verdadero consenso de sus bases, serán rebasados de manera natural pues nunca velaron en los hechos por la legítima defensa de los intereses de sus miles de agremiados que ahora deberán  tomar conciencia de la irreparable afectación a sus derechos.
Fieles a su acostumbrado sometimiento, las dirigencias del SUTERM y del sindicato petrolero, nada podrán hacer para revertir el daño ocasionado a los trabajadores que por años les entronizaron hasta llevarlos a acomodaticios e  ineficaces cargos legislativos. Los petroleros ya no formarán parte del Consejo de Administración de Pemex, tal y como lo solicitó el PAN, y si acaso podrán estar presentes pero como convidados de palo; es decir, sin derecho a voto.
Como hace un siglo, serán los propios trabajadores los que deberán asumir la defensa de sus derechos e intereses. Los embates ya comenzaron y habrá que unirnos y organizarnos para asistir a las exequias de un  corporativismo sindical que nada tiene que hacer en el desventajoso  escenario que implicará para los gremios de electricistas y petroleros la Reforma Energética.