Tuesday, October 29th, 2013
Un esquema de cuatro nuevas filiales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se cocina en las secretarías de Gobernación y de Energía.
Funcionarios de esas dependencias platican con el Sindicato Mexicano de Electricistas la manera de poner fin al conflicto social, laboral, legal y de servicio eléctrico que detonó el gobierno de Felipe Calderón, cuando decidió extinguir a la paraestatal Luz y Fuerza del Centro.
Los 16 mil 599 trabajadores afiliados al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), que no han aceptado su liquidación desde la extinción de Luz y Fuerza del Centro, podrían regresar a sus lugares de trabajo en los próximos meses. El diálogo que ha establecido el gobierno de Enrique Peña Nieto con la dirigencia del SME podría concluir con la incorporación de los trabajadores a la estructura de la CFE, pero en nuevas filiales para la región centro del país.
En el diálogo –iniciado el pasado 10 de abril cuando se reunió el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con el secretario general del SME, Martín Esparza Flores– se han puesto sobre la mesa algunas propuestas para reintegrar a la vida laboral a los obreros, técnicos, ingenieros y administrativos de la antigua Luz y Fuerza del Centro.
La propuesta del gobierno federal para solucionar el conflicto social y la crisis en el servicio eléctrico de la región centro del país incluye la creación de cuatro empresas filiales de la CFE.
La primera se encargaría de todos los procesos que implican la comercialización de la energía eléctrica: tarifas, cobros, facturación, quejas, cortes del servicio. La segunda estaría a cargo de la generación y de las redes de transmisión eléctrica de la región centro. La tercera, de la distribución a los usuarios a través de los tendidos subterráneos y aéreos. La cuarta, del desarrollo tecnológico de fuentes renovables de energía, como la solar y la eólica.
En los diálogos que, luego de la primera reunión con el secretario de Gobernación, han corrido a cargo del subsecretario Luis Enrique Miranda Nava, el SME ha planteado la creación de una quinta empresa: la encargada de las telecomunicaciones. Una más habría salido del diálogo establecido entre el SME y el gobierno del Distrito Federal que encabeza Miguel Ángel Mancera: una filial encargada de proporcionar de manera integral el servicio eléctrico a las 16 delegaciones de la Ciudad de México.
A decir del líder de los electricistas, el pasado 10 de abril el secretario de Gobernación les dijo que si la reunión no había ocurrido antes era porque hasta ese momento el gobierno tenía propuestas reales que ofrecer a los trabajadores.
“Eso ha sido un cambio. A lo largo de todo el sexenio, la respuesta del gobierno fue: ‘liquídense y luego vemos’. Ahora parece ser que hay una voluntad política de resolver el conflicto”, reconoce Martín Esparza.
La paraestatal Luz y Fuerza del Centro fue extinguida por decreto del entonces presidente de la República Felipe Calderón, publicado en una “edición especial” del Diario Oficial de la Federación la noche del 10 de octubre de 2009 para ejecutarse en el primer minuto del día siguiente, 11 de octubre. Policías federales y tropas militares ocuparon todas las instalaciones y expulsaron a los trabajadores. Algunos fueron retenidos y obligados a trabajar durante días para que no se interrumpiera el suministro de energía.
El gobierno federal justificó la extinción con el argumento de que su manejo financiero y administrativo la había hecho inviable y de que la Comisión Federal de Electricidad, a cargo del servicio en el resto del país, era una “empresa de clase mundial”, tenía finanzas sanas y proveía de mejor servicio.
El SME desde entonces denunció que la extinción de Luz y Fuerza del Centro tuvo como objetivos acabar con la organización gremial y sus conquistas laborales y privatizar áreas del servicio energético en la región centro de México.
Al problema social generado sobrevinieron otros. Uno de ellos tiene que ver con la violación de un convenio firmado entre el SME y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), el 15 de mayo de 1985. En dicho convenio, en el que firmó como testigo el entonces presidente de la República, Miguel de la Madrid, se delimitaban las zonas y materias de trabajo de ambas organizaciones. La incorporación de facto de los trabajadores de CFE en el Distrito Federal y los estados de México, Hidalgo, Puebla, Michoacán y Morelos violó el acuerdo, que además tiene carácter de laudo emitido por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
La propuesta de la creación de las filiales de la CFE que emplearían a los trabajadores del SME se discute en la primera mesa del diálogo abierto entre el gobierno de Enrique Peña Nieto y el SME: la recuperación del trabajo para los integrantes del Sindicato. Las otras tres mesas son: reparación de daño por derechos adquiridos suspendidos durante el conflicto; libertad del último preso electricista, Jorge Ulises Uribe Gaona, y la atención médica para los trabajadores.
“La demanda central de nosotros –dice Martín Esparza al referirse al tema de la primera mesa– es regresar a trabajar. ¿En dónde? Pues en el sector eléctrico. ¿Con quién? Con quien ellos decidan: si es CFE o crean un nuevo organismo no nos importa.”
Esparza agrega que la materia de trabajo está ahí y la actividad económica se sigue desarrollando. Sería discriminatorio negarles el trabajo a los 16 mil 599 trabajadores que, mayoritariamente, son técnicos, ingenieros y obreros altamente calificados. “Toda nuestra experiencia laboral se ha desarrollado en el sector eléctrico y podemos aportarla al país. A 3 años y meses de que compañías contratistas y la CFE se han hecho cargo del servicio, vemos que no pueden mantener la continuidad del servicio como lo teníamos nosotros”, considera.
Además, el dirigente del SME demanda que se cumpla el convenio firmado entre las organizaciones gremiales SME-SUTERM y se permita a los trabajadores que representa hacerse cargo del servicio en la región centro.
(La información completa aparece publicada en la edición 122 de Fortuna)